viernes, 17 de septiembre de 2010

Escribir para los otros



Es difícil escribir hoy en día y el hacerlo parece un puro placer personal; es algo así como un entusiasmo para uno mismo, porque el autor en este caso se pregunta qué quieren leer  los otros, es decir usted. Cómo saber qué temas le son más interesantes, cuál es la materia de su verdadero interés y creo, como a mí al menos me ocurre, que me rayo con un tema, por decirlo de alguna manera me vuelvo monotemático, por supuesto no vaya  usted pensar que es el fútbol; que este año estuvimos en esa vorágine, esa explosión mediática que barruntó todo lo que parecía ser lo único valioso y digno de atención,  después de este bochorno futbolero, después de  toda esta parafernalia, nuestras vidas vuelven a su cauce, a sus rutinas, a los problemas del diario vivir. Antes del fútbol como país sufrimos unos corcoveos terrestres que puso a muchos frente a algo que todos pretenden ignorar: la Muerte, un bello tema para escribir, pero quizás no tenga lectores adeptos. Otro tema que motiva, temas de interés, el entierro a setecientos metros en el fondo de una mina de treinta y tres  hombres. Por suerte están con vida y llenos de esperanzas.
Los temas son infinitos y escribir tranquilo  es tener más o menos bajo control las cuentas por pagar, los proyectos que según creemos nos darán un cambio a nuestra insípidas vidas, pero no hay tales vidas, toda vida es un mundo tan vasto, tan inmenso que no existe texto alguno que logre abarcar tanto, los demás es sólo literatura; y ésta aunque es un arte mayor porque ha logrado crear síntesis valiosas en libros ya clásicos, no puede vanagloriarse de ser un todo tan siquiera una vida, jamás nadie logrará reproducir el todo de una vida, es imposible, es demasiada pretensión, ni el género llamado biografía donde un autor recaba todo lo posible sobre un personaje y si somos justos sabemos  que no es más que un acomodo de hechos ciertos y situaciones relevantes, pero jamás será un todo completo del paso de algún hombre o mujer destacado por este mundo.
Siempre la vida es más, no hay páginas que logren abarcar tanto. Pero como en el título de una película “La vida es Bella” con todo sus vericuetos y embrollos, es mejor decir la vida de cualquiera  es agridulce, días buenos, días sosos, días que mejor no hubiesen existido nunca  y usted amigo lector debe sentir lo mismo, no faltará quien diga que hubiere preferido otra vida, no la que aparentemente tuvo, yo estoy especulando amigo lector, no estoy afirmando nada porque con los años las certezas empiezan a deteriorarse y todos podemos ver hacia el pasado épocas buenas y malas, caminos emprendidos que llevaron al fracaso, al desengaño, otros se puede sostener que se cumplieron como en un proyecto preconcebido, yo puedo hoy mirar el pasado como un film donde lo que sucedió tenía que ocurrir inexorablemente.
Escribir me resulta grato, edificante, crea algo que puedo enfrentar mejor que los recuerdos porque es una manera de materializarlos.  Los recuerdos permanecen como en una nebulosa muy personal: son tan privados, inaccesibles a los otros, pero al escribirse se pueden empezar a compartir como textos, entran en la esfera de lo público, pero si no hay receptores  se trasforman en fantasmas, textos fantasmas que existen por miles en la red, sin destinatarios, escribimos entonces para nosotros mismos sin resonancia alguna que provoque una reacción de otros lectores  de nuestros textos.

Guillermo Martínez W.
Sech -Atacama

1 comentario:

  1. EL qué escribir no es problema de los escritores,
    eso déjenselo a las editoriales.
    Cuando en el velador se encuentra mucho papel
    cuando en los libros lo interesante
    se encuentra en los garabatos de su costado
    El qué escribir para quién y por qué
    se vuelven no otra cosa que eso mismo
    y toman mochilas y se van de viaje en una camioneta sin pensar volver

    pensar en ello es dejar de pensar en lo importante: NO PENSAR, APRECIAR...
    Las mejores cosas están allá, lejos de los lapices y los teclados

    Los motivos
    que a ustedes los escritores
    los hacen vivir son los mismos que a los lectores los hace leer.
    eh? LOS MISMOS LOS MISMOS:
    la respuesta, nada más que la respuesta

    ni el colicionador de hadrones puede responder
    a los garabatos en los bordes NO.
    Aquí se viene a leer.

    los perros leen?
    los gatos leen?
    los albatros leen?
    los arboles,las nubes?

    la respuesta es SÍ, y también escriben,
    y a cada rato
    innumerables historias increíbles,
    algunas irrisorias,
    LA DIFERENCIA ENTRE ELLOS Y NOSOTROS
    ES QUE NO SE PREGUNTAN JAMAS
    SI SUS MEJORES EDICIONES
    TERMINARAN EN LOS ATAÚDES.

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